28.

Hola... ¿Cómo estás? Así debería empezar una carta ¿No? Las que te suelo escribir no suelen tener la estructura típica de carta... porque no suelen estar escritas con la intención de ser leídas, al menos no por ti... Aunque a quién engaño, esta tampoco la escribo para que la leas tú.

No quería escribirte este 28, de verdad, lo intenté, además ¿Por qué debería hacerlo? Ya somos personas muy distintas a las que éramos hace 11 años... ¿Te lo puedes creer? 11 años...

Sin embargo, aquí estoy, tratando de escurrir de mi cerebro un par de palabras que nunca vas a leer, simplemente para dejar de pensar en ti.

Ayer me preguntaron por ti, cuando casi daba por terminada la conversación con un personaje que en algún momento de nuestras vidas fue cercano a ambos en un evento el cual desearía que no hubiese pasado, pero pasó.

Traté de no mostrarme impresionada porque ella pensara que podía existir aún contacto entre nosotros... Podría existirlo, de ser sincera, ahora más que nunca, porque siento que en este punto de nuestras vidas tenemos más en común que cuando estaba perdidamente enamorada de ti.

Así que bueno... La sumatoria de oír tu nombre con el 28 de marzo... Hizo que lleve un par de días con tu nombre en mi cabeza, lo cual ya no genera el mismo sentimiento que en anteriores cartas.

Supongo que en algún momento decidí o me hicieron dar cuenta que era absurdo seguir comparando una relación que, de serme sincera no duró demasiado, con cualquier intento de otra relación, que hasta el momento no ha pasado.

Espero que seas feliz... Espero algún día serlo yo.

Tuya... Cada año menos tuya.

Sofía :)