Querido 28...

Me levanté esa mañana con el mundo por delante, llena de ilusiones y sabía que sólo tenía esa oportunidad de cambiar aquello que había hecho mal y podría recuperarlo.

Me vi al espejo y vi a una chica que no veía hace 6 años, llena de confianza, sana y perdidamente enamorada.

Me vestí con el uniforme y fui al colegio.

Escogí ese día porque fue el último que estuvimos juntos, quería saber si algo que había hecho había sido el causante de que terminara de la forma en que terminó.

Apenas te vi, vi esa mirada por la que realmente no puedo querer a nadie más y me besaste, pero no debía sorprenderme, era la forma en la que me saludabas y no puede evitar que mi corazón se acelerara, tal vez porque hace mucho para mí no pasaba esto, o también era la forma en la que reaccionaba en ese entonces.

-¿Qué voy a hacer sin ti? Prométeme que no te vas a enamorar de ninguna canadiense.- Le pedí, como ya le había pedido un millón de veces antes de ese día.

-Te lo prometo. Te amo.

Había pedido reiniciar ese día, porque pensaba hacer que cambiara y poder mantenerlo por un rato más, pero ese día había sido tan de nosotros, que si cambiaba algo, tal vez no tuviese la misma imagen de lo que pienso que fue ese día.

Cuando llegó el momento de decir adiós, tal como ese día, presentía que iba ser para siempre, pero ahora tenía la certeza de que era así.

Que ese beso que nos dábamos era el último que era la última vez que íbamos a estar tomados de manos, que ese abrazo era la última vez que iba a estar así de cerca.

Pero en ese momento me di cuenta de algo, que tal vez, debí haberme dado cuenta hace mucho tiempo.

Lo extraño, demasiado, su forma de expresarse, la forma de ver el mundo, su dificultad para decir lo que piensa, sus adivinanzas y en general todo él, pero la verdad es que echo de menos muchísimo más a la chica que está con él.

Enamorada, con mucho que perder, pero la verdad es que le da igual porque tiene más que ganar, aquella chica que se sentía bien consigo misma, con planes alocados para el futuro.

Sé que me prometí a mí misma no volver a pensar en ti, porque tú ya no lo haces… Hace mucho.

Pero no puedo evitarlo de en cuando un 28… De verdad ya no te quiero.

Mentiras, siempre te voy a querer porque el primer amor no se olvida…

Hoy que hace muchos años fue nuestro último 28.