Todo empezó con las ganas de vivir.
- annaenplanetatierra
- 24 dic 2014
- 3 Min. de lectura
Todo empezó con las ganas de vivir, de ser libre, de cantar y que el mundo entienda lo que escuche, de que mis caderas se muevan con el viento, de que la felicidad se transmita con solo sonreír, con la idea de un mundo perfecto. Me han llamado depresiva, rara, loca y la verdad es que he tenido mis momentos.
En mi círculo de amigos está la mala, la que nos incita a hacer cosas que nunca se nos ha cruzado por la cabeza, está también el niño al que todo le sale al revés, que silenciosamente ama a la bonita, la que toda niña a deseado ser y yo… La que no se arriesga por miedo a que irrumpa el reglamento dictado por papá y mamá…
Hoy un día común y corriente, me levantó, me lavó la cara con agua fría, me pongo las gafas y me visto.
Mi corazón late desigual… No se pone de acuerdo, rápido… Lento…
Mi ropa es normal, ni a la moda ni del siglo pasado, una vez es analizada por mamá salgo a caminar, dejo que la lluvia moje mi cara y reconozco que hay algo mal en mi vida.
Camino en dirección contraria al día anterior, no pienso en el después, ni en el que vendrá, solamente camino contra la corriente.
Paso las calles sin mirar, ni al lado ni al otro, miro al suelo, nada me desconcentra, escucho los pitidos de los autos tras de mí, pero ni los miro, solo sigo caminando.
Decido no ir al instituto hoy. ¿Para qué? No hay nada allí para hacerme ir, hoy el día está triste, todos mis amigos han decidido no ir… Bueno casi todos.
Ni la bonita, ni la dañada, ni el tímido… Todos están donde no deberían estar.
Suena mi móvil, Alejandro ha mandado un mensaje. Me dice el móvil.
“Hoy no vienes al cole… te echaré de menos…”
Alejandro… El chico de dos caras, con sus amigos soy invisible, pero cuando no nos miran es el chico con el que más puedo contar.
Llego a la plaza indicada, donde están las personas correctas y los instrumentos precisos.
Subo al escenario improvisado (Unas cajas amontonadas) y todos los asientos están ocupados.
La bonita empieza a cantar una canción pegajosa, la dañada hace segunda voz y las tres cantamos en trío el coro, tomo el micrófono, hago el solo practicado y de nuevo cantamos el estribillo… Todo esto acompañado por la batería de tímido, que se deja levar por los golpes del tambor.
Bajamos de las cajas una vez terminada la canción, fingimos felicidad…
El calor inunda mi cuerpo pero la lluvia lo refresca (algo).
Nos felicitamos afectivamente, y un mayor nos trae cervezas para festejar, dudo en tomar una, ya que nunca lo había hecho… El factor menor de edad era el pequeñísimo problema…
La dañada, como se supone que debe hacer, toma dos, y le ofrece una al tímido que acepta felizmente, la bonita y yo nos miramos…
Una no hace daño. Me dije, así que acepte la que un nuevo chico me ofrecía.
El tímido bebe demasiado y besa a la persona equivocada, la dañada le devuelve el beso.
Maldita sea… Papá y mamá se encuentran en el escenario, se acercan a mi locación y me reprimen…
¿El colegio?... Castigo.
Me levanto exaltada…
Miro el calendario…
Día de la primera presentación de la banda… Examen de Lengua…
Me visto y mamá aprueba la ropa…
Salgo a la calle y tomo el lado correcto, el cual me lleva al colegio.
Tomo mi móvil y mando un mensaje:
Lamento no ir… Hay examen de Lengua… Lo siento chicos… Los quiero mucho… Perdón.
Entro a clase y veo los puesto vacios de mis compañeros, les he fallado, pero me prometo a mi misma que será la última vez.
Es un escrito muy antiguo, pero la verdad valía la pena publicarlo, les explicaré porque:
Yo siempre he sido una chica muy dependiente de mis padres y la verdad es que nunca he podido ser rebelde con ellos, siempre traigo buenas notas y me visto como ellos quieren, pero secretamente, siempre había querido tener una banda alocada donde pudiese cantar, (Cosa que ahora mismo no puedo por problemas de salud... Pero... ¡Estoy viva!)
Los personajes son reales, pero en este momento no recuerdo quien era quien, ya que existen muchas personas como ellos... Siéntete libre de indentificarte con el que más se parezca a ti...
Siento que muchas veces decepcioné a mis amigos por no saltarme alguna regla...
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