Te lo cuento a ti, porque sé que tú me entenderás.
- annaenplanetatierra
- 13 dic 2014
- 12 Min. de lectura

1.
Recuerdo que una vez me preguntaste si le temía a algo y te respondí que aparte de a las horrendas arañas, le tenía miedo a que me rompieran el corazón, después me miraste y me sonreíste de esa forma capaz de transportarme al lugar más feliz del mundo, dijiste entre besos que jamás me harías daño, prometiste que solo seríamos los dos y me juraste amarme para siempre.
Éramos jóvenes y tontos, llenos de ilusiones, promesas vacías y sin miedo a jurar en vano y al cabo de un tiempo estaba perdidamente enamorada de ti y… ¿Qué podías esperar de mí? Que uno de mis mayores miedos se veía regularmente atormentado por mi facilidad de confiar en encontrar el amor verdadero en cualquier lugar.
Habíamos estado juntos poco tiempo para volvernos rutinarios como lo éramos, ya no existían palabras bonitas, no había pasión en los castos besos que nos dábamos y yo seguía amándote, aunque no te mentiré, ya no lo hacía de la misma manera.
Pero eso no redujo el dolor de verte en la forma en la que te vi con ella, me duele saber que no fui lo suficiente, me duele saber que fui yo quien los presenté, me duele pensarte como el hombre valiente que creí que eras… No pienso ni en promesas ni en juramentos, en el fondo sabía cómo eras.
Quiero escapar, no llegar a refugiarme donde tengo tantos recuerdos tuyos, no llorar en una almohada que incluso huele a ti, por lo tomo, sin pensarlo mucho, el primer avión lejos, sin embargo no tan lejos como para no conocer a nadie y sé que quiero vengarme de ti, y como sé que poco te importa lo que haga con mi vida sentimental, cojo algo que tengo la sensación que te puede doler más… Tu tarjeta de emergencias… Serás quien patrocinará mis vacaciones improvisadas… Y lo primero es comprar el pasaje.
Escogí España porque recuerdo como me sentí a los 17… Libre y feliz.
En un viaje de 8 horas se pueden pensar muchas cosas, pienso que ya no te quiero, pienso que aparte de mi venganza económica, haga lo que haga lo haré para mí, no para complacerte o molestarte.
Llego y sé que aun no estoy lista para ver a mi familia por lo que llamo a un amigo del cual no sé hace mucho, sé que no te habría caído muy bien, pero no por eso contacto con él, quiero recuperar una parte mía que perdí en algún momento antes de conocerte, cuando era lanzada y no tenía miedo de demostrar mis sentimientos.
Contesta sin saber quién soy y cuando oye mi voz no me reconoce, ¿Cómo podría? Si ha pasado mucho tiempo desde la última vez que la escuchó.
Una vez relaciona voz-persona está sorprendido de enterarse que soy yo, pregunta que cuando he llegado y en donde estoy, quiero saber si está enamorado y él me recuerda que no cree en eso, que es como Papá Noel, justo lo que necesito, entonces quedamos para ir a bailar a algún lugar que claro que no conozco, ya que la última vez que estuve aquí era increíblemente aburrida como para entrar con documentos falsos a algún lado, por lo que él amablemente me ofrece recogerme.
Hablamos sin sentido todo el camino de ida y en medio pregunta por mi familia, por mis estudios y finalmente por mi corazón... Antiguamente había sido mi confidente y por qué no lo sería ahora, por lo que decido contarle como tomaste mi corazón y lo lanzaste lejos para ver como se rompía en millones de pedazos, que eres la razón principal por la cual me encuentro a su lado, que gracias a ti, podremos tomar todo lo que queramos esta noche.
Él me conoce lo suficiente como para dejarme cobrar venganza y me lleva a un lugar donde muchos bailan, otros miran y otros bastantes ya no saben ni dónde están parados.
Yo tomo algo que él me ofrece, no conozco casi nada como para ser capaz de ordenar por mi cuenta y cuando termino sé que definitivamente seré de las que bailan y sospecho, por la forma en la que se acomoda en la silla, que él será de los que miran.
Bailo, al principio para mí, con los ojos cerrados y me dejo llevar por la música, al cambiar de ritmo, instintivamente me muevo hacia donde él está y tomo de lo que él está tomando, lo necesario como para que cuando vuelvo a la pista ya se me ha metido a la cabeza dejar de bailar para mí y lo empiezo a hacer para él, me muevo y abro los ojos y busco su mirada y me sonrojo al verlo mirándome de esa forma depredadora que en este momento me encanta...
Le señalo la pista y le pido que venga a bailar, pero me niega con la cabeza, por lo que voy hasta su encuentro y jalo de él para que me acompañe, opone resistencia, pero no tanta como para hacerme parar, le digo que en realidad yo no sé cómo hacerlo correctamente y no es necesario, solo estamos aquí para pasarla bien...
Sorpresivamente se para de la silla en la que llevaba sentado demasiado tiempo para mi gusto y me acompaña a regañadientes.
Al principio tengo sus manos en las mías y nos movemos a un ritmo un poco torpe, ya sea porque él no suele hacerlo o porque ya estamos un poco achispados.
No se cómo, pero al rato tengo mis brazos alrededor de su cuello y él no sabe muy bien qué hacer con los suyos y estoy demasiado ida como para indicarle donde ponerlos. Trata de poner las manos en mis hombros pero las aparta tan pronto como las pone debido a lo incomodo que se siente, luego las pone en mi espalda y siente que ha mejorado un poco pero no lo suficiente y lentamente las va bajando, pero no indecentemente, si hubiese estado completamente cuerda me habría reído de él, pero en ese momento miro su cara y está aterrado mientras pone sus manos en mi cintura y me empino para darle un beso en la mejilla.
En ese momento mi conciencia me hace aterrizar de donde fuese que estuviera, estoy cuerda y empiezo a pensar, no únicamente en mí, como piensas. Sé que no es justo que me esté desquitando con él, es tu culpa, yo no soy así, es cierto que alguna vez en mi vida lo quise, incluso más que a ti, incluso antes de venir por primera vez, cuando era pequeña y lo veía estando en un curso arriba mío, lo quería incluso antes de yo saberlo.
Creo que él nota mi lucha interior en mi cara y dice en voz alta "Sé que es lo que estamos haciendo y soy lo suficientemente mayor para tomar esta decisión" Y seguimos bailando pero ya no seguimos la música sino que seguimos nuestro ritmo.
Ahora mi espalda está pegada a su pecho y sus manos están en mi cintura, siento su mejilla en la mía, es mi momento, si quiero besarlo solo tengo que girar un poco mi cabeza. Pero... ¿Es lo que realmente quiero? No pienso en ti, pienso en todas las veces que he arruinado amistades por querer traspasar esa confusa y borrosa línea que delimita dos cosas muy cercanas.
¡A la mierda la cordura y mi conciencia! Si mañana nos arrepentimos la culpa será de otro, tal vez del alcohol, tal vez tuya, tal vez de... Estoy lista para hacer mi movimiento pero ya no siento su mejilla, no siento sus manos, no siento su pecho no está, me he demorado mucho...
Abro los ojos y lo busco en mi espalda, no está... Bajo la cabeza y veo sus zapatos, está justo en frente y toma mi cara con sus manos y me besa.
Hace mucho no besaba a nadie que no fueras tú, no recordaba esas mariposas que trepan hasta la garganta y ese vacío en el pecho que significa que te han robado el aliento, aún no hemos averiguado el ritmo de como besa el otro por lo que es algo torpe pero estoy empeñada a que resulte bien por lo que lo abrazo y enredo mis dedos en su pelo y pese al ruido del lugar lo oigo gemir un poco y el beso pronto se vuelve perfecto, sus manos ahora se aferran a mi como si tuviese la idea de escapar, pero quiero que nunca se acabe, ya que cuando eso ocurra tendré que enfrentarme a alguna mirada, alguna que en este momento no sabría cómo responder, tal vez una buscando respuestas en mi cara o una de desaprobación... Hablaremos y temo que resolvamos dejarlo por esta noche y cuando se enfríe la situación dejarlo así para siempre, temo que sigamos adelante...
El final no llega hasta que de repente siento demasiada luz en mis párpados cerrados. Ambos caemos en cuenta que han encendido las luces, aun suena la música pero preparan a la gente para que vaya saliendo.
Nos sonreímos pero no decimos nada, no hace falta... ¡Qué va! Claro que hace falta decirnos mucho, demasiado pero ninguno quiere romper el silencio... Seguro que si soy yo, la embarro. Decidimos pagar con tu dinero y recoger nuestras cosas.
Una vez afuera me pregunta si tengo donde quedarme y respondo que me he registrado en un hotel cerca a la casa de mis primos y tengo un millón de preguntas que hacerle en mi cabeza y dudo un poco en hacerle la lógica en este momento pero lo hago de todas formas.
Abre los ojos como platos y no responde por un rato, pienso que no quiere que se vuelva más que un beso de borrachos y sabe que si acepta, luego no podrá negarse a que algo pase entre nosotros.
"Tranquilo, puedes quedarte en alguna de las camas que tiene la habitación, sé que vives lejos y la he pasado increíble hoy, contigo, lo mínimo que podría hacer es invitarte a desayunar en unas horas" Sonríe y acepta mi invitación y daría lo que fuera por saber qué es lo que pasa por su cabeza y me pregunto el porqué me habrán dado una habitación con dos camas, pero agradezco en silencio ya que sospecho que esa es la razón por la que ha accedido.
Hablamos pero evitamos tocar el tema o cualquier cosa relacionada, me habla un poco de su vida como ingeniero y yo hablo un poco de mis proyectos a futuro, proyectos que pospuse por tu culpa pero ahora más que nunca estoy dispuesta a realizar.
Caminamos hasta encontrar un taxi que no tenga cara de querernos asaltar, él le indica la dirección y me recuesto en su hombro pero no me quedo dormida y siento que se pone rígido en cuanto mi oreja lo roza, pero no me aparto y al rato veo por el rabillo del ojo que su mano se encuentra en mi hombro e inconscientemente cierro los ojos y disfruto del momento.
Pienso en la última vez que estuve nerviosa de no ser correspondida. Un segundo ¿Correspondida? ¡Qué digo! Simplemente las cosas se dieron y él fue quien tomó la iniciativa. Si, pese a que yo estaba a segundos de hacer lo mismo. Bueno, entonces ¿Por qué estoy nerviosa? ¿Qué importa el porqué? Simplemente lo estoy.
Me sacude un poco, cree que estoy dormida y creo que lo estoy, le sonrió y bajamos, lástima que esto no lo puedas pagar tú, por lo que él saca algunos euros de la billetera.
En el ascensor me doy cuenta que estoy bajo su brazo y tomo tímidamente su mano y la acepta tranquilamente e incluso la aprieta un poco.
Suspiro y sé que es el momento para decir algo. "Sé que te propuse la cama de al lado pero no es necesario que..." " Shh, tranquila, lo sé" ¿Qué es lo que demonios sabe? Si yo estaba improvisando en la marcha... Bueno, si él lo sabe...
Busco en el bolso la llave que no es llave y cuando la luz verde me indica que ya podemos entrar el caballerosamente abre la puerta y me deja pasar.
"Vaya, creía que mentías con respecto a la segunda cama" Veo un poco de desilusión en sus ojos... Claro, era una mentira un poco rebuscada, pero era más creíble que la verdad...
"¿Y aun así accediste?" "Admito que me llamó la atención el desayuno... Sabes que bromeo ¿Verdad?" Dios, de donde viene tanta inseguridad atípica de nosotros, que siempre hemos podido hablar de todo. Bueno, es probable que no nos viéramos la cara cuando lo hacíamos.
Rio, le aclaro su pregunta y nos sentamos al borde de la cama.
¿Qué fue lo que me hiciste que me volvió de esta forma?
Nos miramos y ambos sabemos en qué terminara la escena, o al menos eso espero, ojalá termine como estoy pensando... Ninguno se mueve, por favor que sea él.
"Ehh... Y ahora..." Es lo único que alcanza a pronunciar, llegué a él buscando mi yo pasada y este es el momento donde la encuentro, por lo que le planto un beso, increíblemente torpe, hasta el punto de casi golpearnos las frentes, pero él lo toma con mucha más calma, volviéndolo casi tan perfecto como el anterior.
Tiemblo, estoy nerviosa como cuando di mi primer beso, temiendo hacerlo mal, que no le guste lo suficiente como para volverlo a hacer. ¿Qué dices? Ya te está besando de nuevo... Me relajo un poco y lo dejo hacer..."Sabes que no me lo debes" Dice "¿Quieres que pare?" Por favor que diga no... "No". Seguimos así, besos tiernos, besos que significan algo, una promesa olvidada hace tiempo, donde él predecía aquello en curso y ese recuerdo hace que sonría... "¿En qué piensas?" "En ti" Le respondo, ya que es verdad.
No quiero ser la que inicie el principio del caos y siento sus manos a borde de mi camisa y no sabe si jugar por debajo o simplemente quitarla de en medio, opta por lo segundo, aunque me enreda en ella y mis brazos están enganchados sobre mi cabeza y la camisa hace de vendaje para mis ojos por lo que no veo nada, pero mi boca está a la intemperie y me besa y me hace cosquillas sobre el ombligo... ¡Quiero salir de esta camisa!
Al final se apiada de mí y con cuidado me saca de ahí... Se ríe al verme salir.
Como es época de venganza, trato de quitarle la suya de la misma manera, en vano, ya que ve mis intenciones y fácilmente sale de ella...
La pasamos bien y temo que mañana todo sea diferente, que se vuelva complicado, que no sea igual que ahora, pero dejo el futuro para el futuro y disfruto del momento.
Lo beso y pienso cuando quería una vida loca y quería empezarla con él...
Temo que solo sea un rollo de una noche, temo que se vuelva serio, temo que sea incomodo, temo no volverlo a besar, temo despertar y no sentirlo a mi lado y todo esto hace que me levante cuando solo había dormido unas horas... Miro mi reloj... 10 pm... ¿Qué? Claro, aun no he cambiado la hora. Diez más seis: Cuatro de la mañana.
Miro a mi lado y él tiene los ojos abiertos y respira tranquilamente.
"Di lo que piensas a menos que pienses que fue un error, entonces miénteme, no creo poder soportar oírlo" Le suelto. "No pienso que haya sido un error, no te estoy mintiendo, pero me hubiese gustado que pasara en otras circunstancias, aunque no me arrepiento" Lo miro de frente "De lo único que me arrepiento es de que no haya ocurrido antes" Y lo beso de nuevo... Recuerdo que hace muchos veranos, cuando lo conocí, pedí a una estrella fugaz, enamorarme de él y que me correspondiera... Y ahora, en esta situación, pienso que podría estar pasando lo primero .
No lo hago por vengarme de ti... Ya no.
Abro un ojo mientras lo beso y en su cara veo que se debate si debe disfrutarlo o negarse a él y también veo cuando decide dejarse llevar por aquello que sintió unas horas atrás.
No es necesario el acto físico, simplemente disfrutamos de la compañía del otro, del calor del otro...
Me abraza y me besa y en ese momento sospecho que me mintió... ¡No! Basta ya de esa actitud pesimista.
Con miedo a quedarme dormida, cerré los ojos y descansé un poco, con los oídos centrados en oír su respiración.
"Prométeme que al despertar seguirás aquí" Oigo su voz y no puedo creer que sea él quien lo está diciendo.
"¿A dónde podría irme?" Y por fin disfruto plenamente el momento...
CONTINUARÁ...
Para ti, que sé que estás leyendo esto, puede que hoy no, pero lo subí este día en particular porque es tu cumpleaños (Bueno, al menos allí lo es)...
Eres un personaje al que disfruto escribir y fue tan fácil enamorarme de ti (Fántasticamente... Claro... Ejem, ejem...) La verdad solo fue tomar un cuaderno, lapiz y borrador y dejar escrito todo aquello que pasaba por mi cabeza... Esta claro que no eres al que le narro la historia, sino el "él" perfecto... Sé tambien que mucho de esto jamás lo harías... Aunque traté de ceñirme lo más posible a tu forma de ser...
Tienes todo el derecho de odiarlo, amarlo o sentirte de la forma que quieras con respecto a él, fue muy divertido imaginarme esta situación...
De nuevo, feliz cumpleaños, sé que a distancia no te puedo hacer mejor regalo...
Para ti, que no eres él... Esta es una historia que espero no volverla muy larga, aunque ya está en proceso el segundo capítulo... Mucho de esta historia está tomado de cosas que pasaron en la vida real, aunque esta pensada como algo futurista porque aún no me han roto el corazón, ni he huido a España... Pero mucho de lo que siente la protagonista en el pasado, si fue real... (Aunque no todo) Y "él"... Es un personaje de la vida real, al cual, le tomé prestada una de sus frases célebres, que me pareció, demasiado genial... ("Yo no creo en el amor, para mi es como papá Noel"...) Por lo que hemos debatido muchas veces al ser yo una romántica sin razón...
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